Una voz que merece ser escuchada


PALABRA Y VIDA (Domingo, 01/07/2012)

Benedicto XVI abrirá en Roma el próximo día 7 de octubre la asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicado en esta ocasión a un tema muy actual: "La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana". Como preparación a este acontecimiento, quisiera recordar el esfuerzo que hacen muchos cristianos y cristianas de nuestro país para ayudar a las personas que más sufren a causa de la crisis.

Como dije en mi última carta pastoral, titulada precisamente Nueva Evangelización y solidaridad, me complace agradecer el aumento de solidaridad de las parroquias, de Cáritas, de otras instituciones eclesiales y de muchísimas personas que, como voluntarias o como donantes, hacen posible que se mitigue el sufrimiento de muchos individuos y familias.

Como el samaritano del Evangelio, los cristianos se esfuerzan para acercarse al necesitado; lo miran y se compadecen de él, compartiendo con él sus bienes materiales y espirituales. Nuestra solidaridad crece y se hace más eficaz en la medida en que nos acercamos también físicamente a las personas que necesitan ayuda.

Últimamente, Cáritas Diocesana de Barcelona ha establecido un sistema de mediación previo a las sentencias judiciales de desahucio y pérdida de la vivienda. Así mismo, en una declaración bien documentada y razonada, ha reclamado la retirada del anteproyecto de ley de medidas de flexibilización y fomento del mercado de alquiler de viviendas.

Pido que estas voces de las instituciones de Iglesia sean escuchadas, porque están muy próximas a las víctimas principales de la crisis. Somos conscientes del momento dramático que vive el país, pero debemos recordar que es una gran responsabilidad de las autoridades políticas trabajar para lograr que las consecuencias de la crisis no las paguen los sectores sociales más necesitados y más desprotegidos.

Estamos en período de vacaciones, pero la solidaridad nunca puede hacerlas y menos aún actualmente, en este contexto.

El Papa Benedicto XVI, en su encíclica social La caridad en la verdad, indica que la economía necesita de la ética para su correcto funcionamiento y que es muy importante recuperar la contribución del principio de la gratuidad y de la lógica del don en la economía de mercado, en la que la norma no puede ser sólo la ganancia, y pone de relieve la necesidad de la formación de las conciencias que refuerce los criterios morales en la elaboración de los proyectos políticos y económicos.

De cara al próximo curso, y teniendo presente la situación en que nos hallamos, me parece que, como Iglesia diocesana de Barcelona, será necesario priorizar el tercero de los objetivos del actual Plan Pastoral, que nos pide potenciar los gestos de solidaridad como expresión de nuestro amor y de nuestra fe.

Los esfuerzos que hacen las instituciones de la Iglesia, y sobre todo Cáritas --tanto la diocesana como las parroquiales-, merecen ser escuchados por nuestros políticos y dirigentes económicos. Ya que, muchas veces, su voz es la voz de quienes no tienen voz, de los más pobres y marginados de nuestra sociedad.

† Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona