Promover la dignidad de la mujer



PALABRA Y VIDA (Domingo, 10/02/2013)


Con el lema "No hay justicia sin igualdad", el segundo domingo de febrero se celebra la jornada central de la Campaña Mundial contra el Hambre que promueve Manos Unidas. Esta ONG de la Iglesia se propone sensibilizar a la sociedad sobre la existencia del hambre en el mundo. Llevados por la ilusión de nuestro desarrollo, quizá haya quien pueda pensar que este problema estaba resuelto. Por desgracia, no es así, ni mucho menos.

La crisis actual y sus graves consecuencias en muchas personas y familias nos han hecho más realistas en este sentido. Así lo ponen de manifiesto las campañas de recogida de alimentos y la generosa respuesta de nuestra sociedad, que muestra una gran sensibilidad por el problema de la falta de alimentos.

La crisis provoca que aparezcan situaciones muy dolorosas que revelan no sólo una ausencia de protección de los derechos fundamentales o una distribución injusta de los recursos, sino también una falta de respeto al ser humano.

Manos Unidas constata, día a día, que la pobreza, la falta de recursos, la inexistencia de unas condiciones de igualdad en el reconocimiento de los derechos humanos afecta sobre todo a las niñas y a las mujeres. Este hecho es especialmente grave, ya que en los países más pobres del mundo son ellas las protagonistas y los agentes más eficaces del desarrollo humano.

Los datos nos dicen que el 70% del comercio internacional de personas lo sufren mujeres y niñas, y que las dos terceras partes de las personas analfabetas son mujeres. Estas son sólo dos muestras de la discriminación que sufren tantas mujeres, que engendra violencia contra ellas, hambre, enfermedades, invisibilidad, etc. Y, como cuestión de fondo, la falta de reconocimiento de la igual dignidad de cada ser humano, ya sea hombre o mujer.

Manos Unidas, que nació como una iniciativa de las mujeres cristianas y en la cual las mujeres siempre han estado y están muy presentes y activas, trabaja buscando siempre la igualdad entre los hombres y las mujeres en los países más desfavorecidos. Y lo hace mediante acciones de desarrollo, con mucha frecuencia realizadas por las mujeres de las mismas comunidades en las que se desarrollan estos proyectos.

Por ello, en los proyectos de Manos Unidas la promoción de la mujer es una prioridad para el desarrollo, junto con la promoción educativa, sanitaria y social. Más de medio siglo de servicio al desarrollo han demostrado a Manos Unidas que invertir en la mujer es una muy buena manera de trabajar a favor de la dignidad y del reconocimiento de los derechos de todas las personas. 


† Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona