Vivir el año de la fe

 

PALABRA Y VIDA (Domingo, 07/10/2012)

Comienza este  domingo en Roma el Sínodo de los Obispos sobre un tema de mucha actualidad para toda la Iglesia actual: la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Una cuestión muy viva en nuestra archidiócesis de Barcelona, que el curso pasado vivió dos iniciativas destinadas a hacer más viva entre nosotros la proclamación del Evangelio de Jesús: la Misión Metrópolis y el Atrio de los Gentiles. Por deseo del Santo Padre, participo en este Sínodo que se prolongará hasta el 28 de octubre, días en que, por este motivo, tendré que estar en Roma.


También esta misma semana, el próximo jueves día 11, comenzará el Año de la Fe, convocado por el Santo Padre Benedicto XVI, que, desde el comienzo de su ministerio como sucesor de San Pedro, ha recordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo del encuentro con Cristo. En efecto, en la homilía de la santa misa del inicio de su pontificado dijo estas palabras que considero que son muy oportunas en este comienzo del Año de la Fe: "La Iglesia en su conjunto, y sus pastores en ella, como Cristo han de ponerse en camino para llevar a los hombres fuera del desierto, hacia el lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquél que nos da la vida, la vida en plenitud". Este es, pues, el objetivo del Año de la Fe, que también hemos preparado cuidadosamente en la archidiócesis de Barcelona.

Hoy, permitidme que haga mía la invitación que Benedicto XVI hizo el pasado 15 de julio, en la breve visita pastoral a la ciudad italiana de Frascati, cercana a su residencia estival de Castelgandolfo: "Os propongo --dijo en la homilía de la misa que presidió- que viváis intensamente el Año de la Fe que comenzará en octubre, a los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II. Los documentos del Concilio contienen una riqueza enorme para la formación de las nuevas generaciones cristianas. Con la ayuda de los sacerdotes y de los catequistas, volved a leerlos y a profundizarlos [...] Descubrid de nuevo la belleza de ser Iglesia, de vivir el gran nosotros que Jesús ha formado en torno a sí para evangelizar el mundo: el nosotros de la Iglesia, jamás cerrado, jamás replegado en sí mismo, sino siempre abierto y tendente al anuncio del Evangelio a todos."

Me parece que estas palabras son muy oportunas para encontrar la mejor manera de vivir el Año de la Fe, la conmemoración del quincuagésimo aniversario del inicio del Concilio y los trabajos del Sínodo sobre la nueva evangelización. La fe es evidentemente una opción personal, una respuesta de toda la persona a la llamada de Jesús, realizada con la ayuda de la gracia de Dios. Pero el cristiano da la respuesta de la fe también en Iglesia, no de forma aislada. Esto es lo que el Santo Padre llama el nosotros, la dimensión objetiva de la fe, que se manifiesta sobre todo en la confesión de nuestra adhesión a los llamados símbolos de la fe, de tanta importancia desde los primeros tiempos de la Iglesia, que el Santo Padre nos invita a revivir y a proclamar como comunidad durante la celebración del Año que ahora se abre.

Os invito a seguir los trabajos del Sínodo de los Obispos durante este mes, sobre todo las palabras que nos dirija, a los participantes y a todos los fieles, el Santo Padre. Estoy seguro que esta será una buena manera de vivir lo que dice la expresión latina sentire cum Ecclesia, es decir, sintonizar con el espíritu de toda la santa Iglesia.       


† Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona