Navidad en tiempos de crisis


PALABRA Y VIDA (Domingo, 23/12/2012)

Un año más, estamos ya a las puertas de la celebración de la Navidad. Para los cristianos esta fiesta es la conmemoración del nacimiento del Hijo de Dios en Belén. San Pablo lo dice en la carta a los Gálatas: "Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva".

Navidad es una fiesta de la solidaridad, porque es la manifestación de un Dios solidario con el mundo. San Pablo dice en su carta a Tito: "Se ha manifestado la gracia salvadora de Dios con su bondad y su amor a todos los hombres".

El hecho de que en Cristo se haya manifestado la humanidad y la benignidad de Dios nos ha de hacer más humanos. Y no sólo los días de Navidad, sino también todos los días del año. Porque la vocación de la persona humana es sobre todo el amor, el amor recibido y el amor ofrecido. Sólo en esta experiencia la persona humana puede encontrar el sentido más profundo de su vida.

Por esto, la gracia de la fiesta de Navidad debería ser la de hacernos a todos más solidarios con los que sufren hambre y sed, con los enfermos y los pobres, aquí y en todo el mundo. Una Navidad verdaderamente cristiana es inseparable de la solidaridad con los que sufren, con los pobres. Esta Navidad de 2012 es una Navidad profundamente marcada por la larga crisis económica que sufrimos, que es causa de mucho sufrimiento y angustia en muchos conciudadanos nuestros, sobre todo debido al problema del paro.

Con la Navidad llega cada año la llamada de Càritas, que este año está especialmente dirigida a las personas anónimas que sufren graves dificultades. Tiene como lema: "Vive sencillamente, asume un compromiso y juntos construiremos una sociedad más justa".

Como obispo responsable de este ámbito de la acción de la Iglesia en las diócesis catalanas, me complace poder reconocer el buen trabajo que lleva a cabo esta institución de la Iglesia.

En esta ocasión deseo expresar la gratitud de la Iglesia especialmente a los numerosos voluntarios que colaboran con Cáritas. En Cataluña son 9.600, de los cuales 4.000 participaron en el encuentro que celebramos en Barcelona el pasado 20 de octubre. Son entre nosotros un verdadero ejército de la solidaridad y la bondad. Les agradecí su trabajo generoso, constante y eficiente. "Sois Cáritas y hacéis Cáritas --les dije. Dais tiempo, amor, afecto, dedicación y dinero a Cáritas. La Iglesia puede hacer todo lo que estamos haciendo ahora, en la grave crisis económica que vivimos, para ayudar a muchísimas personas y familias, gracias a vuestra colaboración."

Como les dijo el cardenal Rodríguez Maradiaga, presidente de Cáritas Internacional, el resultado de la acción del voluntariado es "una cultura de la gratuidad y la solidaridad. Es una presencia mitigadora que ofrece una ayuda solícita a las personas más vulnerables de la sociedad". "El trabajo de Cáritas es una cátedra permanente de teología pastoral".Procuremos que esta Navidad sea verdaderamente solidaria y generosa. Con este sentimiento, deseo a todos una feliz Navidad.



† Lluís Martínez Sistach

Cardenal arzobispo de Barcelona