Evangelizar no es hacer proselitismo



PALABRA Y VIDA (20/10/2013)

El papa Francisco ha publicado un mensaje con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones que celebramos hoy. Lo dio a conocer en una fiesta muy significativa para las misiones, la fiesta de Pentecostés, que señala el inicio de la expansión misionera de la Iglesia, por obra del Espíritu Santo. 

Destaca en el mensaje papal la cuestión de que no debe confundirse la evangelización con una forma de proselitismo. Con la palabra proselitismo se entiende una propuesta de la fe que coacciona la libertad de la persona a la cual se propone la fe o se pide la adhesión a la fe, a cambio de la concesión de determinadas ventajas materiales o de carácter social.

Dado que es imposible comentar todas las reflexiones del mensaje en este artículo, me limitaré a este aspecto, que me parece muy actual y necesario.

"El impulso misionero -dice Francisco- es una señal clara de la madurez de una comunidad eclesial". No es tampoco un aspecto secundario de la vida cristiana, sino un aspecto esencial. Por eso pide el Papa que "se dé relieve a la dimensión misionera en los programas pastorales y formativos". Me complace recordar que esta dimensión evangelizadora ha estado muy presente en los últimos planes pastorales -también en el actual- que hemos elaborado entre todos en nuestra archidiócesis.

Ahora bien, hoy hay personas que piensan que proponer la verdad del Evangelio es violentar la libertad. Francisco recoge unas palabras de Pablo en las que reconoce que "sería un error imponer cualquier cosa a la conciencia de nuestros hermanos, pero proponer a esa conciencia la verdad evangélica y la salvación ofrecida por Jesucristo con plena claridad y con absoluto respeto hacia las opciones libres que luego pueda hacer... es un homenaje a esta libertad".

Y concluye este punto diciendo que "siempre tenemos que tener el valor y la alegría de proponer, con respeto, el encuentro con Cristo, de hacernos heraldos de su Evangelio. Jesús ha venido entre nosotros para mostrarnos el camino de la salvación y nos ha confiado la misión de darlo a conocer a todos, hasta los confines de la tierra". 

Hoy toda la tierra es campo de misión. El papa Francisco alaba a los misioneros y las misioneras que marchan lejos de su tierra y de su cultura para dar testimonio de Cristo. Y alaba también a las Iglesias jóvenes que envían misioneros a los países de antigua tradición cristiana. En todas partes los misioneros hacen obra de evangelización y, haciéndola, hacen también una obra de elevación social y cultural.

Evangelizar no es un acto aislado, individual o privado, sino que es siempre un acto eclesial, un acto de Iglesia. Todo cristiano está llamado a ser misionero: los misioneros y las misioneras -entre los que son cada vez más numerosos los laicos - son una verdadera esperanza para la Iglesia y para el mundo.

El Santo Padre Francisco repite una vez más que la Iglesia "no es una organización asistencial, una empresa o una ONG, sino que es una comunidad de personas, animadas por el Espíritu Santo, que han vivido y viven la maravilla del encuentro con Jesucristo y que quieren compartir esta experiencia de profunda alegría". Así es como debemos vivir este DOMUND del Año de la Fe.


+ Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona