Parábola del buen comunicador - Domingo 1 de junio de 2014



Coincidiendo con la fiesta de la Ascensión del Señor, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año tiene el lema: "Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro". Esta categoría de encuentro interpersonal está muy presente en el pensamiento del papa Francisco.

En el mensaje que ha publicado para esta jornada, ofrece una visión de la comunicación hecha desde los principios de la sabiduría y del humanismo cristiano. No propone de ninguna manera un rechazo de las antiguas y las nuevas tecnologías de la comunicación, pero sí quiere ayudar a que el mundo digital crezca en humanidad. Y nos aconseja a todos recuperar un cierto sentido de la lentitud y la calma y "una capacidad de guardar silencio para poder escuchar". Cada vez más, el problema del uso de los medios de comunicación no es una cuestión que interese sólo a los profesionales de estos medios, sino que afecta a todos los ciudadanos. Todos somos, especialmente ahora, a la vez receptores y emisores de mensajes.

Por eso, el Papa advierte que "no basta con pasar por las calles digitales, es decir, estar conectados. Las estrategias comunicativas no garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicación. El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno a la preocupación por la humanidad, sino que está llamado a expresar también ternura". Esta es una exigencia muy presente en el pensamiento y en la acción del Papa actual. Afirma que la red digital puede ser un lugar rico en humanidad; no sólo una red de cables, sino de personas humanas. Por ello, Francisco hace una advertencia diciendo que "la neutralidad de los medios de comunicación es aparente y sólo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia"; y también diciendo que el compromiso personal es la raíz misma de la fiabilidad de un comunicador.

Respecto de la comunicación religiosa, dice que "no se ofrece un testimonio cristiano bombardeando con mensajes religiosos, sino con la voluntad de darse a los demás, a través de la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a las preguntas y las dudas de el interlocutor".

El papa Francisco propone la narración del buen samaritano, con la que Cristo respondió la pregunta de un maestro de la ley -¿quién es mi prójimo?-, diciendo que la del buen samaritano es la parábola del buen comunicador, porque une información y compromiso personal. Y por eso no pasa de largo ante el hombre herido y abandonado al margen del camino y de la sociedad, sino que le venda las heridas y lo cuida." No tengáis miedo de haceros ciudadanos del mundo digital -dice en su mensaje- porqua el interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo".


† Lluís Martínez Sistach
Cardenal arquebisbe de Barcelona